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  El director Pablo Larraín se ha transformado en uno de los máximos referentes del cine chileno actual, siendo clave en el salto internacional que ha dado la cinematografía local en la última década. Con títulos aclamados como "No", "El Club" y "Neruda", Larraín abrió camino para las nuevas generaciones de directores chilenos. Conversamos con él sobre su visión del explosivo momento que vive hoy el cine chileno. P: Pablo, ¿cómo describirías el panorama actual del cine chileno comparado con tus inicios en la década del 2000? PL: Sin duda este es el mejor momento que ha vivido nuestro cine. Cuando empecé, hacer cine era tremendamente difícil. Hoy hay más apoyo estatal, leyes de cine, fondos concursables. Y lo más importante es la explosión de talentos, con nuevos directores y productores que se han atrevido a innovar en temáticas, formatos y estilos. P: Tus películas abrieron camino para esta ola de cineastas chilenos. ¿Crees que inspiró a las nuevas genera

El panorama cinematográfico chileno se encuentra en un estado de efervescencia. En la última década hemos visto el surgimiento de una nueva generación de directores, actores y productores que están impulsando importantes transformaciones y consolidando un momento de excepcional creatividad. Uno de los sellos de esta nueva ola es la búsqueda de proyección internacional a través de coproducciones. Directores como Pablo Larraín, Sebastián Lelio y Marialy Rivas han unido fuerzas con productoras extranjeras para acceder a presupuestos más holgados y talento de renombre. Filmes como “Una mujer fantástica”, protagonizada por Daniela Vega y coproducida con países como España y Alemania, han conseguido premios en festivales top como los Oscar y los Goya. Este impulso por "chilenizar" historias con colaboraciones extranjeras está atraendo a nuevas audiencias y elogiados actores hacia el cine local. Otra tendencia es la variedad de géneros, formatos y temáticas que están explorando los